Falleció el último habitante de Epecuén

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Falleció Pablo Kovak, el último habitante de Epecuén

11:41:41 – 22/01/2024

A los 93 años, falleció en las últimas horas Pablo Novak, el último habitante de Epecuén, esa ciudad que fue auge turística pero que un desastre natural /y humano) provocó que quedara bajo las aguas.

En los últimos tiempos, cuando las ruinas quedaron a la vista de todos y los medios acudían al lugar a realizar notas, escuchábamos hablar a este hombre, conocido como el último habitante de Epecuén.

En INFO HD compartimos esta sentida publicación emitida por FM Laser, de la localidad de Carlos Tejedor.

 

EPECUÉN: SE FUE EL ÚLTIMO HABITANTE…

Con tristeza leí el mensaje. “Acaba de fallecer Pablo Novak”, decía. Cuando un amigo se va, un viento helado atraviesa el alma, aún me cuesta digerir la noticia.

Dejó este mundo Pablo Novak, el último habitante de Epecuén tenía 93 años.

Hace más de 20 años apareció en mi vida y siempre me decía lo mismo: “Vos vení a buscarme, que yo voy a estar” Así fue que cada vez que volvía a Carhué, y visitaba las ruinas de Epecuén, ni siquiera tenía que ir a su casa, lo encontraba entre los escombros, en su bicicleta hojeando un diario varios días atrasado.

Pablo vivía en otro tiempo, su partida deja a Epecuén sin uno de los grandes personajes de este planeta. Siempre estuve de su lado cuando le llovían las críticas, siempre lo consideré un ser fabular, alguien salido por un resquicio del tiempo y vuelto real por algún misterio inexplicable. Las cenicientas ruinas de Epecuén lo hacían real a Pablo.

En invierno me recibía con un mate “poderoso” Caña y miel, sus ingredientes secretos. Le dediqué muchas páginas en mis libros y le hice incontables notas.

Sin él, las ruinas ya son una leyenda porque todos irán aunque no esté. Estoy seguro que continuará caminando por ellas, ahora como un fantasma bondadoso y cordial. Para un personaje así, la muerte es sólo un detalle. Todos hablarán de él, y su figura crecerá con los años. Sin embargo, le agradezco su amistad y el tener el libro en el que conté su historia siempre al lado de su cocina económica.

Presentamos juntos ese libro, nos abrazamos y nos reímos, conoció a mi familia y siempre preguntaba por mis hijos. Ahora que vas a ser un ser sobrenatural, cuando vuelva a Epecuén te voy a buscar en las ruinas. El mejor homenaje es llevarle un diario viejo, la lectura se hace necesaria cuando se deja esta vida. Adios amigo, seguramente te harán un monumento en la entrada a las ruinas. Nos vemos pronto.

Leandro Vesco/MC.

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